Hay ciudades en el mundo que tienen mucho más nombre que belleza,
y Los Angeles es sin duda uno de ellos. La ciudad más importante de California,
la cuna de Hollywood y de los Oscar, es mundialmente conocida y un destino
turístico de esos que parecen obligados si visitas la costa oeste de Estados
Unidos.
Sin embargo, la realidad es muy distinta.
Los Angeles es una población enorme, de muchísimos kilómetros de punta a punta.
Solo su ciudad presenta casi 4 millones de habitantes, pero es que contando el
área metropolitana la cifra asciende a casi 20 millones, un poco menos que la
mitad de España. Una simple visita del centro neurálgico de la ciudad, dominada
por los típicos altos rascacielos americanos, hasta la playa, puede llevarte
más de hora y media según el tráfico.
Pero es que además, lo importante de Los
Angeles te lo ves en una mañana. Una breve caminata por el paseo de la
fama y el Dolby Theatre, donde se celebran los Oscar, parece ser todo lo
interesante que puedes hacer, más allá de recorrer Beverly Hills y observar las
increíbles viviendas donde viven varios famosos.
“¿Y Hollywood qué?”, pensarán algunos. Hollywood no sería
prácticamente nada si no fuera porque a todo el mundo le gusta hacer la típica
fotografía con las letras en la montaña. Por cierto, un lugar al que no es del
todo fácil llegar. A partir de aquí todo en Los Angeles es muy corriente.
Puedes pasarte un día en la Playa de Venice, Santa Monica o Long Beach, y
recordar a los vigilantes de la playa, o bien ir al típico parque temático. En
este caso Universal Studios es el más interesante, con atracciones que
recuerdan a diversas películas históricas de la firma. Y si te aburres, un
paseo por China Town siempre es divertido. Nada que no puedas hacer en un
sinfín de ciudades americanas.
Como representante de California, San Francisco es sin duda una
ciudad con mucho más atractivo, o incluso San Diego, cerca de la frontera con
Mexico. Si quieres ir a Los Angeles, piénsatelo dos veces.
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